Tratamiento del cáncer de hueso

El cáncer de huesos es un tipo de cáncer que comienza en los huesos. Se produce cuando células anormales comienzan a crecer sin control en el tejido óseo y forman un tumor. Este crecimiento puede debilitar el hueso y causar dolor, hinchazón o fracturas. El cáncer de huesos puede comenzar directamente en los huesos (cáncer de huesos primario) o propagarse desde otras partes del cuerpo (cáncer de huesos secundario o metastásico). A menudo comienza con cambios en la estructura normal del hueso y se puede detectar a través del dolor o de bultos visibles. El diagnóstico temprano y el tratamiento del cáncer de huesos son cruciales para controlar el cáncer de huesos de manera eficaz.
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Acerca del tratamiento del cáncer de huesos
En el tratamiento médico del cáncer de huesos se utiliza una estrategia multidisciplinaria con el objetivo de eliminar o destruir las células tumorales, reducir los síntomas y minimizar la recurrencia. Las opciones para el tratamiento del cáncer de huesos incluyen radioterapia para reducir el tamaño de los tumores o aliviar el dolor, cirugías para eliminar los tumores, tratamiento para matar las células cancerosas y medicamentos de terapia dirigida que atacan selectivamente las células cancerosas. Se puede aplicar una combinación de estos tratamientos para el cáncer de huesos en circunstancias específicas. Al crear planes de tratamiento personalizados, se tienen en cuenta el tipo y el estadio del cáncer de huesos del paciente, el bienestar general y las preferencias personales. Para minimizar los efectos secundarios, evaluar el éxito de la terapia y estar atento a la recurrencia, es fundamental realizar un control y un seguimiento regulares.
Los síntomas del cáncer de hueso
- Dolor de huesos: Dolor en el hueso afectado. Es uno de los síntomas más comunes. Este dolor puede comenzar como un dolor sordo y puede volverse más agudo con el tiempo. Suele empeorar por la noche o con la actividad física.
- Inflamación: Hinchazón o sensibilidad Otro signo es la presencia de un bulto o protuberancia cerca del hueso afectado. Es posible que notes un bulto o protuberancia visible en el hueso o cerca de él, que puede resultar doloroso al tacto.
- Movimiento limitado: Dificultad para mover la extremidad afectada O puede ocurrir si el cáncer está cerca de una articulación. Esto puede dificultar la realización de actividades cotidianas como caminar o levantar objetos.
- Fracturas: Huesos debilitados por el cáncer Tienen más probabilidades de romperse o fracturarse, incluso con un traumatismo menor o sin motivo aparente. Si sufre una fractura ósea que parece inusual, podría ser un signo de cáncer subyacente.
- Fatiga: Sentirse inusualmente cansado o débil Puede ser un síntoma general de cáncer. Esta fatiga no suele aliviarse con el descanso y puede afectar a los niveles generales de energía.
- Pérdida de peso inexplicable: Perder peso sin intentarlo. Puede ser un síntoma de cáncer de huesos. Esta pérdida de peso puede ser gradual y puede estar acompañada de otros síntomas.
- Fiebre: Tener fiebre baja Sin ninguna otra explicación puede ocurrir en algunos casos de cáncer de huesos. No es un síntoma común pero puede estar presente en ciertos tipos.
- Sudores nocturnos: Experimentar sudores nocturnos, donde te despiertas empapado en sudor, puede ser otro síntoma, aunque es menos común.
Causas del cáncer de hueso
El cáncer de huesos es un tipo poco común de cáncer que comienza en los huesos. Si bien no siempre se conoce la causa exacta del cáncer de huesos, varios factores pueden aumentar el riesgo. A continuación, se indican algunas posibles causas y factores de riesgo:
- Factores genéticos
- Condiciones genéticas hereditarias:Algunos trastornos genéticos pueden aumentar el riesgo de cáncer de huesos. Por ejemplo, afecciones como el síndrome de Li-Fraumeni y el retinoblastoma hereditario pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de huesos. Estas afecciones se transmiten de padres a hijos e implican mutaciones en determinados genes.
- Tratamientos previos contra el cáncer
- Radioterapia:Las personas que han recibido radioterapia para otros tipos de cáncer pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de huesos más adelante. La radiación puede provocar cambios en el ADN de las células, lo que puede derivar en cáncer.
- Edad
- Edad temprana:Ciertos tipos de cáncer de huesos, como el osteosarcoma, son más comunes en niños y adultos jóvenes. El rápido crecimiento de los huesos durante la adolescencia puede tener un papel, pero no se entiende por completo por qué sucede esto.
- Condiciones óseas
- Afecciones óseas preexistentes:Las afecciones que afectan los huesos, como la enfermedad de Paget, pueden aumentar el riesgo de cáncer de hueso. La enfermedad de Paget provoca un crecimiento óseo anormal y puede provocar dolor y deformidades en los huesos.
- Historia familiar:
- Predisposición genética:Tener antecedentes familiares de cáncer de huesos u otros tipos de cáncer puede aumentar el riesgo. Si algún familiar cercano ha tenido cáncer de huesos, el riesgo podría ser ligeramente mayor.
- Lesión previa
- Lesiones óseas:Si bien no es una causa directa, los antecedentes de lesiones o fracturas óseas a veces pueden estar vinculados con el desarrollo de cáncer de huesos. Esto tiene más que ver con la forma en que se pueden descubrir los cánceres de huesos que con ser una causa.
- Ciertos trastornos genéticos
- Síndromes genéticos raros:Algunas enfermedades genéticas raras, como la neurofibromatosis tipo 1, pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de huesos.
Tipos de cáncer de huesos
El cáncer de hueso se puede clasificar en varios tipos según el lugar donde se origina y el tipo de células involucradas. Estos son los tipos principales:
- Osteosarcoma:El osteosarcoma Es el tipo más común de cáncer de hueso, especialmente en personas jóvenes. Comienza en las células formadoras de hueso y generalmente se presenta en los brazos, las piernas o alrededor de las rodillas. Tiende a crecer rápidamente y a menudo se trata con cirugía y quimioterapia.
- Sarcoma de Ewing: Sarcoma de Ewing Es otro tipo de cáncer de huesos que afecta principalmente a niños y adolescentes. Comienza en las células del hueso o del tejido blando y suele aparecer en la pelvis, las piernas o los brazos. El tratamiento del cáncer de huesos suele incluir quimioterapia, radioterapia y, a veces, cirugía.
- Condrosarcoma: Condrosarcoma Comienza en las células del cartílago, que son los tejidos flexibles que rodean los huesos. Suele afectar a los adultos y se presenta con frecuencia en la pelvis, las piernas o los hombros. Puede progresar lentamente y suele tratarse con cirugía.
- Cordoma: Cordoma Es un tipo poco común de cáncer de hueso que comienza en la columna vertebral o en la base del cráneo. Crece lentamente y puede causar dolor u otros síntomas según su ubicación. El tratamiento suele consistir en cirugía y, a veces, radiación.
- fibrosarcoma: fibrosarcoma El cáncer de hueso comienza en el tejido fibroso del hueso. Puede presentarse tanto en niños como en adultos y, a menudo, requiere cirugía y quimioterapia para su tratamiento.
Tratamiento y remedios: En el tratamiento se utilizan habitualmente métodos multidisciplinarios. El objetivo de la cirugía es eliminar el tumor y el tejido lesionado. La quimioterapia, que suele realizarse antes o después de la cirugía, utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas. En la radioterapia se utiliza la irradiación de alta energía para atacar las células cancerosas con el fin de minimizar el tamaño del tumor o destruir cualquier célula cancerosa residual. Para mejorar la calidad de vida durante la recuperación y el tratamiento, también se puede utilizar un tratamiento de apoyo para el cáncer de huesos que incluya actividad física y control del dolor.
Etapas del cáncer de hueso:
El pronóstico del cáncer de hueso depende activamente de la estadificación adecuada en el momento del diagnóstico para iniciar un tratamiento eficaz. La estadificación implica la ubicación del cáncer, el tamaño de los tumores, la tasa de crecimiento, si el tumor está dentro del hueso y si se ha propagado a los ganglios linfáticos u otras áreas del cuerpo. La evaluación primaria del cáncer de hueso implica la clasificación, el tamaño y la propagación. Los sistemas de estadificación TNM y Enneking consideran el tamaño del tumor, la afectación de los ganglios linfáticos, las metástasis y el grado.
La decisión de si el sistema de Enneking guiará la cirugía. El cáncer localizado se refiere al cáncer que permanece en el hueso, mientras que el cáncer metastásico se ha propagado. La gradación indica la agresividad. El cáncer óseo secundario se define como el cáncer que se ha propagado a los huesos, lo que generalmente indica una etapa avanzada. Las etapas varían de 1 (cáncer pequeño y de crecimiento lento) a 4 (se propaga a los ganglios linfáticos u otras áreas con tamaño y tasa de crecimiento).
Factores de riesgo del cáncer de hueso:
Existen varios factores que pueden aumentar la susceptibilidad al cáncer de huesos, pero es importante destacar que muchos casos surgen sin ninguna causa identificable. A continuación, se detallan los factores de riesgo conocidos:
1. Factores genéticos: Los síndromes hereditarios como el de Li-Fraumeni y el retinoblastoma hereditario aumentan el riesgo de osteosarcoma, mientras que otros pueden implicar cierto riesgo de osteosarcoma, como el síndrome de Rothmund-Thomson.
2. Condiciones óseas preexistentes: La enfermedad de Paget y algunas enfermedades óseas benignas raras pueden estar asociadas con un mayor riesgo de osteosarcoma, especialmente entre los adultos mayores.
3. Tratamiento previo de malignidad: Se ha descubierto que la radiación y algunos medicamentos quimioterapéuticos aumentan el riesgo de padecer cáncer de huesos.
4. Edad: El osteosarcoma afecta comúnmente a niños, el sarcoma de Ewing se presenta en individuos jóvenes y el condrosarcoma en adultos mayores.
Prevención:
Prevenir el cáncer de huesos es muy difícil debido a que se desconocen sus causas. No obstante, a continuación se ofrecen algunos consejos para reducir los riesgos y mantener los huesos sanos:
- Mantenga al mínimo la exposición a la radiación, tanto médica como ambiental.
- Consuma alimentos ricos en calcio, haga ejercicio regularmente y absténgase de fumar o beber.
- Hable con un médico sobre los antecedentes familiares y las condiciones existentes.
- Limite la exposición a los contaminantes.
- Realice controles regulares y conozca los síntomas del cáncer de huesos.
Procedimiento de tratamiento del cáncer de hueso
El tratamiento del cáncer de huesos generalmente implica cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia para matar las células cancerosas y radioterapia para atacar el cáncer en áreas específicas. El enfoque depende del tipo de cáncer, el estadio y la ubicación, y tiene como objetivo eliminar o destruir las células cancerosas.
- Diagnóstico y estadificación: Para confirmar la existencia de cáncer e identificar su tipo y estadio, se realiza una evaluación integral que incluye pruebas de imagen como radiografías, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas y gammagrafías óseas, además de una muestra.
- Resección quirúrgica: Para extirpar el tejido óseo maligno, puede ser necesaria una cirugía, según el tamaño y la ubicación del tumor. En situaciones más extremas, puede ser necesaria una amputación o resección segmentaria, es decir, la extracción de un trozo de hueso.
- Reconstrucción: Para restaurar la función y la apariencia después de la cirugía, es posible que se requiera reconstrucción. Esto podría implicar implantes protésicos, injertos óseos u otros métodos reconstructivos.
- Quimioterapia: A veces, la quimioterapia se puede utilizar junto con la cirugía para disminuir los tumores, erradicar las células cancerosas que quedan o reducir la posibilidad de recurrencia.
- Terapia de radiación: Cuando la cirugía no es una opción o cuando un tumor es demasiado grande para extirparlo quirúrgicamente, se puede utilizar radioterapia para atacar y destruir las células cancerosas.
- Terapia dirigida Particularmente para algunas formas de cáncer de huesos, se administran medicamentos de terapia dirigida para atacar selectivamente las células cancerosas y causar el menor daño al tejido sano.
- Rehabilitación y cuidados posteriores: Para recuperar la fuerza y la movilidad después del tratamiento del cáncer de huesos, puede ser necesaria la rehabilitación. Asistir a las citas de seguimiento de forma regular es fundamental para controlar los efectos secundarios, hacer un seguimiento de las recurrencias y evaluar la curación general.