Tratamiento de psoriasis

Los objetivos principales del tratamiento de la psoriasis son disminuir los procesos inflamatorios, disminuir los signos y síntomas y limitar la proliferación de células de la piel. Los tratamientos tópicos como esteroides, análogos de la vitamina D y retinoides para disminuir la inflamación y la generación de escamas se han convertido en tratamientos comunes. Para casos moderados a graves, además de la fototerapia, comúnmente conocida como tratamiento con luz, se pueden recomendar diversos tratamientos como productos biológicos, ciclosporina o metotrexato. El tratamiento eficaz de los síntomas también implica realizar cambios en el estilo de vida, incluida la reducción del estrés, abstenerse de los desencadenantes, como fumar y el consumo excesivo de alcohol, y humectar con frecuencia la capa más externa de la piel.
Reservar una citaAcerca del tratamiento de la psoriasis
Síntomas de la psoriasis: incluyen escamas plateadas que cubren zonas rojas y secas de la piel que tienden a ir acompañadas de malestar, ardor o escozor. Si bien estos parches pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo humano, suelen afectar las rótulas, que se encuentran hacia la parte posterior del cuerpo humano. Tienen cuero cabelludo y codos. La psoriasis grave puede provocar artritis con psoriasis, un trastorno caracterizado por molestias e hinchazón en las articulaciones.
Causas: La psoriasis, un trastorno autoinmune, se caracteriza por una rápida renovación de las células de la piel y la formación de placas gruesas y descamativas. Resulta de que el sistema inmunológico del cuerpo se dirige por error a las células sanas. Si bien aún se desconoce la causa precisa de la psoriasis, se cree que están implicados el trastorno del sistema inmunológico, la herencia y los factores ambientales.
Remedios: La reducción de la inflamación, la ralentización de la proliferación celular de la piel y el alivio de los síntomas son los objetivos principales de los métodos de tratamiento de la psoriasis. Medicamentos tópicos que ayudan a minimizar la inflamación y el crecimiento de escamas, incluidos esteroides, equivalentes de vitamina D y retinoides que son tratamientos comunes. Para casos moderados a graves, se pueden recomendar tratamientos adicionales como productos biológicos, ciclosporina o metotrexato, así como medicamentos sistémicos. El tratamiento eficaz de los síntomas también implica realizar cambios en el estilo de vida para reducir el estrés, mantenerse alejado de los desencadenantes como el cigarrillo y el consumo excesivo de alcohol e hidratar la piel con regularidad.
Procedimiento de tratamiento de la psoriasis
Evaluación inicial: El paciente se somete a una evaluación integral por parte de un dermatólogo para evaluar la gravedad de la psoriasis, las áreas afectadas y el estado de salud general.
Desarrollo del plan de tratamiento: A partir de la evaluación se desarrolla un plan de tratamiento personalizado, teniendo en cuenta el tipo de psoriasis, su gravedad y las preferencias e historial médico del paciente.
Tratamientos tópicos: Al paciente se le pueden recetar medicamentos tópicos como corticosteroides, análogos de la vitamina D, retinoides o inhibidores de la calcineurina para aplicar directamente sobre la piel afectada para reducir la inflamación y ralentizar el crecimiento de las células de la piel.
Fototerapia: Para la psoriasis de moderada a grave, se puede recomendar la fototerapia. Esto implica exponer la piel a luz ultravioleta (UV) bajo supervisión médica para reducir la inflamación y ralentizar la renovación de las células de la piel.
Medicamentos sistémicos: En casos de psoriasis grave que no responden a otros tratamientos, se pueden recetar medicamentos sistémicos como metotrexato, ciclosporina o biológicos. Estos medicamentos actúan en todo el cuerpo para inhibir el sistema inmunológico y reducir la inflamación.
Modificaciones de estilo de vida: Se recomienda al paciente que realice modificaciones en el estilo de vida para ayudar a controlar los síntomas de la psoriasis. Esto puede incluir evitar factores desencadenantes como el estrés, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, mantener una dieta saludable y practicar buenos hábitos de cuidado de la piel.
Cuidados de seguimiento: Se programan citas de seguimiento periódicas para monitorear el progreso del tratamiento, evaluar la efectividad de los medicamentos o procedimientos y realizar los ajustes necesarios al plan de tratamiento. El dermatólogo también puede brindar educación y apoyo para ayudar al paciente a controlar su afección de manera efectiva.