Cirugía de vértigo

El vértigo es un tipo de mareo que puede ser causado por una variedad de afecciones, incluidos trastornos del oído interno, lesiones en la cabeza y ciertos medicamentos. Si bien la mayoría de los casos de vértigo se pueden controlar con medicamentos y cambios en el estilo de vida, algunos casos pueden requerir cirugía. Las opciones quirúrgicas para el vértigo incluyen sección del nervio vestibular, laberintectomía y descompresión del saco endolinfático. La sección del nervio vestibular implica cortar el nervio que transporta información sobre el equilibrio y la orientación espacial desde el oído interno hasta el cerebro. La laberintectomía implica la extirpación de todo el sistema de equilibrio del oído interno, mientras que la descompresión del saco endolinfático implica abrir el saco endolinfático para mejorar el drenaje de líquido. Cada procedimiento tiene sus propios riesgos y beneficios, y el procedimiento específico utilizado dependerá de la causa subyacente del vértigo y del caso individual de cada paciente.
Acerca de la cirugía de vértigo
El vértigo es una enfermedad sensacional humana en la que nos sentimos dando vueltas. Pacientes de todo el mundo reciben el mejor tratamiento para el vértigo en la India.
El tratamiento para el vértigo depende de su condición. En ocasiones debido a su condición el cerebro se recupera de la enfermedad por sí solo tiempo de descanso, también depende de un mecanismo para mantener el equilibrio.
Se recomienda la cirugía para el vértigo cuando existe evidencia objetiva de un trastorno unilateral del oído interno, cuando falla el tratamiento médico y cuando el paciente exige un tratamiento definitivo. Los procedimientos quirúrgicos comunes son la derivación subaracnoidea endolinfática, la neurectomía vestibular retrolaberíntica, la neurectomía cocleovestibular y la sección del nervio posampular (neurectomía singular).
Procedimiento de cirugía de vértigo
La cirugía de vértigo generalmente se reserva para casos en los que otros tratamientos han fallado y la calidad de vida del paciente se ve gravemente afectada por la afección. Las opciones quirúrgicas para el vértigo incluyen sección del nervio vestibular, laberintectomía y descompresión del saco endolinfático.
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Sección del nervio vestibular: Este procedimiento se puede realizar a través de una pequeña incisión detrás de la oreja y se puede realizar bajo anestesia local o general. El cirujano identifica el nervio vestibular y lo corta, lo que interrumpe la comunicación entre el oído interno y el cerebro, reduciendo los síntomas de vértigo del paciente. El procedimiento puede provocar cierta pérdida de audición en el lado afectado, pero suele ser mínima.
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Laberintectomía: La laberintectomía implica la extirpación de todo el sistema de equilibrio del oído interno. El procedimiento generalmente se realiza bajo anestesia general y puede requerir una estadía en el hospital de algunos días. El cirujano hace una incisión detrás de la oreja para acceder al oído interno y extrae el sistema de equilibrio. Esto elimina los síntomas de vértigo, pero también provoca una pérdida auditiva completa en el oído afectado.
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Descompresión del saco endolinfático: La descompresión del saco endolinfático implica abrir el saco endolinfático en el oído interno para mejorar el drenaje de líquidos y reducir la presión. Este procedimiento generalmente se realiza bajo anestesia general y se puede realizar a través de una incisión detrás de la oreja o mediante un endoscopio. El cirujano identifica el saco endolinfático y crea una abertura para promover el drenaje de líquido y reducir la presión, lo que puede reducir los síntomas de vértigo.
Después de cualquiera de estos procedimientos, el paciente requerirá un período de reposo y recuperación. Es posible que experimenten algunos mareos o náuseas después de la cirugía, que deberían resolverse en unos pocos días o semanas. Es importante seguir las instrucciones del cirujano para los cuidados posoperatorios, que pueden incluir limitar la actividad física y evitar ciertos medicamentos o alimentos. Son necesarias citas de seguimiento periódicas con el cirujano para controlar el progreso del paciente y garantizar el éxito del procedimiento.