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Tratamiento del cáncer de cuello uterino

El cáncer de cuello uterino es un tipo de cáncer que comienza en el cuello uterino, la parte inferior del útero. Es causado principalmente por el virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual. El cáncer de cuello uterino suele desarrollarse lentamente y puede no presentar síntomas en sus primeras etapas, lo que subraya la importancia de las pruebas de detección periódicas, incluidas las pruebas de Papanicolaou y las vacunas contra el VPH. Cuando se detecta a tiempo, es muy tratable y curable. Las opciones de tratamiento del cáncer de cuello uterino incluyen cirugía, radioterapia y quimioterapia, según el estadio y el tipo de cáncer.

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Acerca del cáncer de cuello uterino

Casi todos los casos de cáncer de cuello uterino (99%) están relacionados con la infección por el virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo, un virus extremadamente común que se transmite por contacto sexual. La infección prolongada por ciertos tipos de virus del papiloma humano (VPH) es la principal causa de cáncer de cuello uterino. El tratamiento del cáncer de cuello uterino se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres de entre 35 y 44 años, siendo la edad promedio en el momento del diagnóstico 50 años. Las mujeres que viven con VIH tienen 6 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino en comparación con las mujeres sin VIH.

Tipos de cáncer de cuello uterino 

El tratamiento del cáncer de cuello uterino abarca varios tipos, clasificándose la mayoría en carcinomas de células escamosas y adenocarcinomas. Comprender estos tipos es vital para un diagnóstico y tratamiento adecuados. A continuación se ofrece una descripción general de los tipos de cáncer de cuello uterino:
  • Carcinoma de células escamosas: Este es el tipo más común y representa aproximadamente del 70% al 90% de todos los cánceres de cuello uterino. Se origina en las células epiteliales escamosas que recubren el cuello uterino. El carcinoma de células escamosas generalmente se desarrolla en la zona de transformación, donde se encuentran los dos tipos principales de células del cuello uterino. Este tipo de cáncer a menudo está relacionado con una infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH) y con frecuencia se identifica durante las pruebas de Papanicolaou de rutina.

  • Adenocarcinoma: El adenocarcinoma representa un porcentaje menor de los cánceres de cuello uterino, alrededor del 10% al 25%. Comienza en las células glandulares que producen moco en el endocérvix (el canal que va del útero al cuello uterino). El adenocarcinoma puede ser más difícil de detectar mediante pruebas de Papanicolaou, ya que el cáncer puede desarrollarse en una parte superior del canal cervical.

  • Carcinoma adenoescamoso: Este es un tipo de cáncer de cuello uterino menos común pero más agresivo que combina características tanto del carcinoma de células escamosas como del adenocarcinoma. Tiene características tanto de células glandulares como escamosas.

  • Carcinoma de células pequeñas: Esta es una forma rara y agresiva de cáncer de cuello uterino que generalmente ocurre en fumadoras. Es más difícil de diagnosticar y tratar y, a menudo, tiene un peor pronóstico.

  • Tumores neuroendocrinos: Estos cánceres de cuello uterino extremadamente raros se desarrollan en las células neuroendocrinas, que son responsables de la producción de hormonas. Pueden ser agresivos y requerir un tratamiento especializado para el cáncer de cuello uterino.

Síntomas del cáncer de cuello uterino

El tratamiento del cáncer de cuello uterino a menudo se desarrolla sin síntomas perceptibles en sus primeras etapas, por lo que las pruebas de detección periódicas, incluidas las pruebas de Papanicolaou y las vacunas contra el VPH, son fundamentales para la detección temprana. A medida que el cáncer progresa, puede manifestar varios síntomas, pero estos pueden ser sutiles y pasarse por alto fácilmente.

  • Sangrado vaginal anormal: El sangrado vaginal inusual puede ser un indicador importante de cáncer de cuello uterino. Esto incluye sangrado entre períodos, después de las relaciones sexuales, posmenopausia o sangrado menstrual inusualmente abundante. Cualquier sangrado vaginal anormal o inexplicable debe evaluarse de inmediato.

  • Dolor o malestar pélvico: Las mujeres con cáncer de cuello uterino pueden experimentar dolor o malestar pélvico persistente. Este dolor puede variar desde un dolor sordo hasta un dolor agudo e intenso. Puede originarse en la pelvis o la zona lumbar.

  • Secreción vaginal anormal: Los cambios en la consistencia, el color o el olor del flujo vaginal pueden ser un signo de cáncer de cuello uterino. Puede volverse acuoso, con sangre o tener un olor desagradable. Si bien estos cambios pueden deberse a diversas causas, deben investigarse.

  • Dolor durante las relaciones sexuales: El dolor o malestar durante las relaciones sexuales, conocido como dispareunia, puede ser un síntoma del Tratamiento del Cáncer de Cuello Uterino. A menudo se asocia con enfermedad en etapa avanzada.

  • Síntomas urinarios o rectales: En casos avanzados, el cáncer de cuello uterino puede presionar las estructuras cercanas y provocar síntomas urinarios o rectales. Esto puede incluir micción frecuente, sangre en la orina o las heces, o dificultad para defecar.

Causas del cáncer de cuello uterino 

El cáncer de cuello uterino comienza en el cuello uterino, que es la parte inferior del útero. La principal causa del cáncer de cuello uterino es una infección con ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH), un virus común de transmisión sexual. A continuación, se detallan las causas y los factores de riesgo:

  • Virus del Papiloma Humano (VPH)
    • Infección por VPH:La mayoría de los cánceres de cuello uterino son causados ​​por el VPH. Este virus se transmite a través del contacto sexual. Existen muchos tipos de VPH, pero los tipos de alto riesgo, como el VPH-16 y el VPH-18, son los que tienen más probabilidades de causar cáncer de cuello uterino. Las infecciones por VPH son comunes, pero la mayoría desaparecen por sí solas. Cuando el virus persiste, puede provocar cáncer.
  • Infección crónica por VPH
    • Infección a largo plazo:Si una infección por VPH dura muchos años, puede provocar cambios en las células del cuello uterino. Estos cambios, llamados lesiones precancerosas, pueden acabar convirtiéndose en cáncer si no se tratan.
  • Fumar
    • El consumo de tabaco:Fumar aumenta el riesgo de cáncer de cuello uterino. Las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el ADN de las células del cuello uterino y facilitar que las infecciones por VPH provoquen cáncer.
  • Sistema inmunitario debilitado
    • Problemas del sistema inmunológico:Un sistema inmunológico debilitado, como el causado por el VIH o ciertos medicamentos, puede dificultar que el cuerpo combata las infecciones por VPH y otras enfermedades, lo que aumenta el riesgo de cáncer.
  • Actividad sexual temprana
    • Actividad sexual temprana:Tener relaciones sexuales a una edad temprana o tener múltiples parejas sexuales puede aumentar el riesgo de infección por VPH.
  • Falta de exámenes periódicos
    • No hacerse la prueba de Papanicolaou:Las pruebas de Papanicolaou y de VPH periódicas pueden detectar cambios precancerosos de forma temprana. No realizarse estas pruebas de detección aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino avanzado.

Etapas del cáncer de cuello uterino

Los estadios del cáncer de cuello uterino son muy importantes para un tratamiento y pronóstico efectivos. La estadificación FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia), ampliamente utilizada para el cáncer de cuello uterino, es la siguiente: estadio I a estadio IV: ambos comprenden la propagación del cáncer a los estadios tempranos de I y algunos de II, mientras que los tejidos vecinos se ven afectados por el estadio avanzado localmente. El estadio avanzado indica la afectación de órganos distantes. El carcinoma in situ es el tipo de fase temprana del estadio 0, donde las células anormales no han penetrado más profundamente que los tejidos circundantes.

  • Etapa I: El cáncer se limita al cuello uterino y se subdivide según el tamaño del tumor y la profundidad de la invasión.  
  • Etapa II: El cáncer se ha propagado más allá del cuello uterino, pero no a la pared pélvica. Es posible que se haya visto afectada la parte superior de la vagina.  
  • Etapa III: El cáncer se ha propagado al tercio inferior de la vagina o a la pared pélvica. Puede afectar los uréteres (conductos que transportan la orina) y los ganglios linfáticos pélvicos.  
  • Etapa IV: Es el cáncer que ha migrado a un órgano distante como los pulmones, el hígado o los huesos, y puede incluir la vejiga o el recto.

Diagnóstico y pruebas para el tratamiento del cáncer de cuello uterino

El proceso de diagnóstico y prueba del cáncer de cuello uterino implica un procedimiento de pasos hacia la identificación de células anormales y la extensión de la enfermedad.

  • Prueba de Papanicolaou (Frotis de Papanicolaou): Se recogen muestras de células del cuello uterino para visualizarlas bajo un microscopio y detectar cambios precancerosos y cancerosos. 
  • Prueba de VPH: Esta prueba identifica manchas de VPH de alto riesgo, una causa primaria de cáncer de cuello uterino, y generalmente se realiza con o después de una prueba de Papanicolaou. 
  • Colposcopia: Después de un resultado positivo de Papanicolaou o VPH, se realiza el procedimiento de utilizar un colposcopio para examinar las áreas sospechosas. 
  • Biopsia: En ocasiones, se realiza una biopsia de las áreas anormales durante el examen de colposcopia para descartar cáncer mediante examen microscópico. Algunos tipos de biopsia son la biopsia por punción, la biopsia por ECC, la biopsia por LEEP y la biopsia en cono. 
  • Exámenes de imagen: La estadificación del cáncer se realiza mediante pruebas de diagnóstico por imagen, como tomografías computarizadas, resonancias magnéticas, tomografías por emisión de positrones y tomografías por emisión de positrones-tomografías computarizadas. Estas técnicas proporcionan imágenes diagnósticas muy detalladas que muestran la actividad metabólica y los detalles de los órganos. 
  • Examen físico de la vagina, el cuello uterino, el útero y las zonas circundantes. Esto puede ayudar al médico a detectar cualquier anomalía. 
  • Examen bajo anestesia (EUA): Este procedimiento se realiza en un quirófano, donde se le aplica anestesia general a la paciente. Esto permite al médico realizar un examen pélvico muy completo. 

Complicaciones del cáncer de cuello uterino

El cáncer de cuello uterino puede provocar diversas complicaciones, especialmente si no se diagnostica y trata a tiempo. A continuación, se enumeran algunas complicaciones comunes:

  1. Propagación a otros órganos
    • Metástasis:El cáncer de cuello uterino puede propagarse (hacer metástasis) a órganos cercanos como la vejiga, el recto o incluso a órganos distantes como el hígado, los pulmones o los huesos. Esto puede causar síntomas adicionales y hacer que el tratamiento del cáncer de cuello uterino sea más complicado.
  2. Dolor y el malestar
    • Dolor pélvico:A medida que el cáncer crece, puede causar dolor intenso en la zona pélvica. Este dolor puede volverse más intenso e interferir con las actividades diarias.
  3. Problemas urinarios e intestinales
    • Problemas de vejiga y recto:El cáncer de cuello uterino avanzado puede afectar la vejiga y el recto, provocando problemas como dificultad para orinar, sangre en la orina, micción frecuente u obstrucción intestinal.
  4. Sangrado y flujo vaginal
    • Sangrado anormal:Las mujeres con cáncer de cuello uterino pueden experimentar sangrado anormal entre períodos menstruales, después de las relaciones sexuales o después de la menopausia. También puede haber flujo vaginal inusual que puede ser acuoso, con sangre o tener mal olor.
  5. El linfedema
    • Hinchazón en las piernas:Si el cáncer se propaga a los ganglios linfáticos y estos se extirpan o se dañan, puede causar hinchazón en las piernas o el área de la ingle, conocida como linfedema.

Prevención del cáncer de cuello uterino

La acción de prevención del cáncer de cuello uterino es muy activa y muchas de las estrategias de prevención son clínicamente eficaces. 
1. Vacunación contra el VPH: La vacuna contra el VPH se administra para prevenir infecciones que conducen al desarrollo de cáncer de cuello uterino. Se recomienda para preadolescentes de 9 a 26 años, tanto mujeres como varones. Esta vacuna protege contra los tipos de VPH de alto riesgo que conducen al cáncer de cuello uterino. A los adultos de entre 27 y 45 años puede resultarles beneficioso obtener asesoramiento de sus médicos.

2. Detección periódica del cáncer de cuello uterino: Las pruebas de detección periódicas pueden identificar cambios precancerosos en el cuello uterino y permitir el tratamiento cuando la enfermedad aún se encuentra en una etapa temprana de su progresión. La prueba de Papanicolaou busca cambios en las células y, a través de ella, se identifican las cepas de alto riesgo del VPH. 

3. Practicar sexo seguro: El condón reduce el riesgo de transmisión del VPH, aunque es posible que no cubra todas las áreas vulnerables a la infección.

4. Factores de estilo de vida: Evite fumar para prevenir el debilitamiento del sistema inmunológico y los riesgos de contraer el VPH que pueden provocar cáncer de cuello uterino. Mantenga un sistema inmunológico fuerte con una dieta saludable y ejercicio.

Procedimiento de cáncer de cuello uterino

El tratamiento del cáncer de cuello uterino varía según la etapa de la enfermedad, el tipo de tratamiento del cáncer de cuello uterino y la salud general de la paciente. El tratamiento generalmente implica una combinación de terapias y el equipo de atención médica adaptará el enfoque al caso específico de cada individuo. A continuación se ofrece una descripción general de los procedimientos de tratamiento comunes para el cáncer de cuello uterino:

    • Cirugía:

      • Conización (biopsia de cono): Este procedimiento implica extirpar una sección en forma de cono de tejido cervical anormal. A menudo se utiliza para diagnosticar y tratar el cáncer de cuello uterino en etapa muy temprana o lesiones precancerosas.
      • Histerectomía: En los casos en que el cáncer se limita al cuello uterino, se puede realizar una histerectomía. Dependiendo de la extensión de la enfermedad, puede ser una histerectomía total (extirpación del útero y el cuello uterino) o radical (extirpación del útero, el cuello uterino y los tejidos cercanos).
      • Disección de ganglios linfáticos: En algunos casos, se pueden extirpar los ganglios linfáticos de las áreas pélvica y abdominal para detectar la propagación del cáncer.
    • Terapia de radiación:

      • Radiación de haz externo: Se dirigen rayos X de alta energía a la pelvis desde fuera del cuerpo para atacar y destruir las células cancerosas.
      • Braquiterapia Esto implica colocar una fuente de radiación directamente dentro del cuello uterino para tratar el cáncer con mayor precisión. Puede usarse solo o en combinación con radiación de haz externo.
    • Quimioterapia:

      • La quimioterapia es un tratamiento farmacológico para el cáncer de cuello uterino que utiliza sustancias químicas potentes para matar las células de rápido crecimiento en el cuerpo. La quimioterapia se utiliza con mayor frecuencia para tratar el cáncer, ya que las células cancerosas crecen y se multiplican mucho más rápido que la mayoría de las células del cuerpo. La quimioterapia implica el uso de medicamentos para matar o retardar el crecimiento de las células cancerosas. A menudo se administra por vía intravenosa u oral y se puede utilizar antes, durante o después de otros tratamientos.
    • Terapia Dirigida:

      • Las terapias dirigidas son medicamentos que se dirigen específicamente a las proteínas y vías moleculares implicadas en el crecimiento del cáncer. Bevacizumab es un ejemplo de terapia dirigida que se utiliza en algunos casos de cáncer de cuello uterino avanzado. Hay diferentes tipos. Algunas de ellas también pueden denominarse terapias biológicas. Se pueden administrar con quimioterapia o solos. Algunos se administran en una vena (por goteo), otros son inyecciones y otros son tabletas. 
    • Inmunoterapia:

      • Algunos pacientes pueden recibir inmunoterapia para estimular la respuesta del sistema inmunológico contra el cáncer.

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