Cáncer de esófago

Un cáncer que crece en el tejido del esófago, el tubo muscular que transporta nutrientes y líquidos desde la boca y la garganta hasta el estómago, se conoce como cáncer de esófago. Generalmente se manifiestan síntomas que incluyen dificultad para tragar, dolor o irritación en el pecho, pérdida involuntaria de peso y tos o ronquera crónica. Hay varias causas posibles, como malestar esofágico prolongado, fumar y beber, sobrepeso y afecciones médicas específicas como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Dependiendo de la etapa del cáncer, hay una variedad de opciones de tratamiento disponibles, muchas de las cuales se sirven mejor en combinación. Estas opciones incluyen radioterapia, quimioterapia, cirugía, terapia dirigida e inmunoterapia. El pronóstico y la tasa de supervivencia sólo pueden mejorarse mediante una detección y un tratamiento tempranos.
Reservar una citaAcerca del cáncer de esófago
El cáncer de esófago es una enfermedad que forma un tejido grueso en el esófago, que permite que la garganta y el estómago funcionen en el proceso de digestión. Por lo general, se forma en el revestimiento inicial del esófago y puede desarrollarse en cualquier punto a lo largo de toda su longitud. Las células se desarrollan en el esófago de forma descontrolada y forman un tumor que cierra el paso para tragar. El cáncer puede extenderse al hígado, los pulmones, los huesos y el cerebro. Esto es más común entre los hombres debido a los efectos del alcohol y el tabaco. La política de tratamiento del cáncer de esófago es la medicación utilizando una opción elegida entre cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia.
Tipos de cáncer de esófago
Los tipos de cáncer de esófago se dividen en dos tipos principales, aunque también existen algunas formas extremadamente raras:
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Adenocarcinoma: Este tipo surge de las células glandulares presentes en el esófago, que secretan moco. Se encuentra con mayor frecuencia en el segmento inferior del esófago, justo cerca del estómago. Se asocia principalmente con el reflujo ácido crónico, es decir, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y el esófago de Barrett.
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Carcinoma de células escamosas: Este tipo se origina en las células escamosas, que forman el revestimiento superficial del esófago. Por lo general, se encuentra en la parte superior y media del esófago. Los factores de riesgo incluyen el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Este es el tipo de cáncer de esófago más frecuente en todo el mundo.
Un tipo adicional menos común de cáncer de esófago incluye el carcinoma de células pequeñas, el sarcoma, el linfoma, el melanoma y el coriocarcinoma.
Síntomas del cáncer de esófago
El cáncer de esófago puede presentar síntomas sutiles en las etapas iniciales que pueden ser difíciles de detectar, pero con el tiempo aparecen síntomas más prominentes. Los síntomas comunes son los siguientes:
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Dificultad para tragar (disfagia): Este síntoma significativo puede comenzar con una sensación de comida atascada y eventualmente volverse difícil de tragar, tanto sólidos como líquidos.
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Pérdida de peso involuntaria: Problemas para comer y falta de apetito pueden causar esto.
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Dolor, presión o ardor en el pecho: En muchos sentidos, este dolor puede parecerse a una indigestión o ardor de estómago.
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Acidez de estómago o indigestión: Puede estar asociada una agravación o acidez estomacal crónica.
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Tos o ronquera: Esto puede ocurrir si el tumor afecta los nervios de las cuerdas vocales. Este síntoma puede presentarse cuando el cáncer afecta la parte inferior del esófago.
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Dolor al tragar (odinofagia): Esto se refiere al dolor al tragar.
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Otros síntomas Puede incluir regurgitación, vómitos, fatiga y heces negras.
Causas del cáncer de esófago
El cáncer de esófago es causado por una mutación del ADN de las células que recubren el esófago. Si bien aún no se sabe con certeza qué factores aumentan considerablemente el riesgo de desarrollar cáncer, a continuación se detallan las principales causas:
El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son las dos principales causas de riesgo de carcinoma de esófago. Otro factor de riesgo importante es el reflujo ácido crónico, que puede progresar a un trastorno por reflujo gastroesofágico (ERGE) y, finalmente, al esófago de Barrett. El riesgo de cáncer de esófago también está vinculado al sobrepeso y a una dieta deficiente en verduras y frutas. Las personas a las que se les ha diagnosticado previamente cáncer de cuello o de cabeza tienen un mayor riesgo de cáncer de esófago.
Estos causan irritación en el revestimiento del esófago de forma crónica y finalmente mutaciones en el ADN que probablemente llevarían a un crecimiento descontrolado de células para terminar en cáncer.
Pruebas de diagnóstico para el cáncer de esófago
Para diagnosticar el cáncer de esófago, los médicos deben realizar varias pruebas para observar el esófago y tomar muestras de tejido. Estas incluyen procedimientos como la endoscopia para la visión directa del esófago y la biopsia para la confirmación. La radiografía con deglución de bario muestra cualquier anomalía. La ecografía endoscópica proporciona imágenes detalladas, que son útiles para la estadificación. Los estudios de diagnóstico por imágenes como la tomografía computarizada, la tomografía por emisión de positrones y la resonancia magnética evalúan si el cáncer se ha propagado o qué tan activo está. Cada prueba ofrece una oportunidad única para evaluar los tumores, determinar la propagación del cáncer y confirmar el diagnóstico.
Enfoques:
Existen varios enfoques diferentes utilizados durante el tratamiento del cáncer de esófago. Los cánceres regionales pueden requerir extirpación quirúrgica. Combinar quimioterapia con radiación puede ayudar a disminuir los tumores antes de la cirugía o, en escenarios más avanzados, aliviar el dolor. Debido a que se dirigen específicamente a las células cancerosas o fortalecen la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo a ellas, las terapias emergentes como la terapia específica y la inmunoterapia presentan posibilidades prometedoras.
La elección del tratamiento es individualizada. En algunos casos, los cirujanos utilizan ESD (disección submucosa endoscópica) para el cáncer de esófago en etapa temprana. EMR (resección mucosa endoscópica) es la eliminación de tumores de la mucosa. La terapia láser funciona en el caso de bloqueos de la deglución. La PDT (terapia fotodinámica) requiere el uso de fotosensibilizadores y luz para la destrucción de tumores.
Estadios del cáncer de esófago
Conocer los estadios del cáncer de esófago es vital para el tratamiento y el pronóstico. El sistema de estadificación TNM evalúa el tamaño del tumor, la afectación de los ganglios linfáticos y la metástasis. La estadificación, en su versión más simple, se numera del estadio 0 al estadio IV, donde 0 es precanceroso y IV es metastásico.
Etapas del cáncer de esófago:
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Estadio 0 (displasia de alto grado): Las células anormales en el revestimiento del esófago no se han diseminado y se consideran precancerosas.
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Etapa I: El cáncer ha invadido las capas internas de la pared esofágica.
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Etapa II: El cáncer se ha propagado a la pared del músculo del esófago y a los ganglios linfáticos cercanos.
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Etapa III: El cáncer ha invadido los tejidos cercanos o más ganglios linfáticos más allá de la pared esofágica.
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Etapa IV: El cáncer se ha propagado a otros órganos distantes, como el hígado, los pulmones o los huesos.
Factores de riesgo del cáncer de esófago
Los factores de riesgo del cáncer de esófago se relacionan con los tipos de adenocarcinoma y de células escamosas. Es importante conocer estas diferencias. Puede encontrar más información en la descripción general.
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Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): El reflujo ácido crónico irrita el esófago, lo que aumenta el riesgo. Esófago de Barrett: esta complicación de la ERGE es un factor de riesgo importante, ya que cambia la apariencia del revestimiento esofágico.
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Obesidad: El aumento de peso corporal, especialmente en la región abdominal, aumenta el riesgo de padecer este cáncer.
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Años: El riesgo aumenta con la edad.
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Género: Los hombres tienen un mayor riesgo de cáncer de esófago en comparación con las mujeres.
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Tabaco: Fumar y masticar tabaco son factores de riesgo importantes.
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Alcohol pesado: El consumo excesivo de alcohol aumenta sustancialmente los riesgos de salud a largo plazo cuando se combina con el tabaquismo.
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Desnutrición: Una dieta muy pobre en frutas y verduras puede ser peligrosa para la salud.
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Bebidas calientes: Las bebidas calientes consumidas de forma recurrente pueden provocar daños en el revestimiento del esófago.
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Virus del Papiloma Humano (VPH): Se cree que ciertas cepas de VPH están implicadas en el desarrollo del carcinoma de células escamosas del esófago.
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Acalasia: En una condición poco común, aumenta el riesgo debido a la falla de la relajación del esfínter esofágico inferior.
Prevención:
Un estilo de vida saludable y la reducción del riesgo se correlacionan con un menor riesgo de cáncer de esófago. A continuación, se detallan varias medidas preventivas:
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Dejar de fumar.
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Limite el consumo de alcohol.
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Conseguir y mantener un peso corporal ideal.
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Elija alimentos saludables.
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Controlar el ERGE (reducir el riesgo de esófago de Barrett).
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Incluya la actividad física en su rutina diaria.
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Asistir a visitas de seguimiento periódicas.
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Trate el esófago de Barrett siempre que sea recomendado.
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Piense en la vacunación contra el VPH.
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Siga las instrucciones para el tratamiento de la acalasia.
Procedimiento del cáncer de esófago
Diagnóstico: Para establecer la existencia de cáncer de esófago y determinar su estadio, primero se realiza una evaluación integral. Se realizan pruebas de imagen (como CT, PET y ultrasonografía endoscópica) y una biopsia.
Consulta del equipo multidisciplinario: Un grupo de especialistas médicos, como oncólogos radioterapeutas, cirujanos y oncólogos médicos, trabajan juntos para crear un plan de tratamiento personalizado que se adapte a los requisitos únicos de cada paciente.
Cirugía: Para extirpar el tumor y los tejidos circundantes, se puede recomendar la resección quirúrgica. Esto podría implicar varias operaciones, como una esofagectomía, que podría realizarse de forma abierta o con el uso de métodos mínimamente invasivos.
Quimioterapia: Para disminuir el tumor, destruir las células cancerosas y reducir la posibilidad de recurrencia, se pueden administrar medicamentos de quimioterapia antes o después de la cirugía.
Terapia de radiación: En situaciones en las que la cirugía no es práctica o para mejorar los resultados quirúrgicos, la radioterapia se puede utilizar sola o junto con quimioterapia para atacar y destruir específicamente las células cancerosas.
Terapia dirigida se refiere al uso de productos farmacéuticos para atacar específicamente las vías moleculares de las células cancerosas con el fin de prevenir o minimizar el daño al tejido sano y al mismo tiempo evitar que las células crezcan y sobrevivan.
Cuidados de seguimiento: Después del tratamiento, son necesarias consultas de seguimiento de rutina para evaluar la eficacia del tratamiento, controlar cualquier efecto adverso y estar atento a las recurrencias. El paciente también puede recibir atención de apoyo y rehabilitación para mejorar su calidad de vida.