Cáncer de cabeza y cuello
Los cánceres de la región de la cabeza y el cuello, que abarcan la cavidad bucal, la boca, los senos laríngeos y las glándulas salivales, se denominan comúnmente cánceres de cabeza y cuello. Dolor de garganta crónico, dificultad para tragar, ronquera o cambios en la voz, bultos o hinchazón en el área del cuello son síntomas potenciales. El consumo de tabaco y productos alcohólicos, la infección por el virus del papiloma humano (VPH) y la exposición prolongada a la luz solar son indicadores de riesgo. Los procedimientos quirúrgicos, la quimioterapia, la radioterapia, la terapia específica y la inmunoterapia se encuentran entre las opciones de tratamiento que pueden estar disponibles, según la ubicación y el estadio del cáncer. Mejorar los resultados y mantener la calidad de vida depende en gran medida de la detección temprana y el tratamiento oportuno.
Reservar una citaAcerca del cáncer de cabeza y cuello
Sintomas: Los síntomas del cáncer de cabeza y cuello pueden incluir un bulto o llaga en la garganta, la boca o el cuello que no sana, dificultades para tragar y dolor crónico en el cuello.
Causas: El consumo de alcohol y tabaco, especialmente juntos, es la principal causa de cáncer de cabeza y cuello. La infección por el virus del papiloma humano (VPH), la higiene dental inadecuada y la exposición a determinadas sustancias químicas o al asbesto son otros factores de riesgo.
Opciones de tratamiento: La cirugía, la terapia con radiación y la quimioterapia se utilizan con frecuencia en conjunto para el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello. Para atacar más eficazmente las células cancerosas o fortalecer la reacción inmune del cuerpo contra la enfermedad maligna, también se pueden utilizar tratamientos específicos e inmunoterapia. Mejorar el pronóstico de las personas con cáncer de cabeza y cuello requiere una detección temprana y una preparación cuidadosa de todo el curso de tratamiento.
Procedimiento del cáncer de cabeza y cuello
Diagnóstico: Los primeros pasos del proceso son una historia médica completa y un examen físico, con especial atención a la región de la cabeza y el cuello. Para verificar el diagnóstico y determinar la extensión total del cáncer, se llevan a cabo procedimientos de diagnóstico como investigaciones por imágenes (tomografía computarizada, resonancia magnética), biopsias e incluso endoscopias.
Evaluación preoperatoria: Antes de comenzar la terapia, los pacientes pasan por una evaluación exhaustiva para determinar si están lo suficientemente sanos para la cirugía u otros tratamientos. Los análisis de sangre, las investigaciones por imágenes, las pruebas de función pulmonar y los exámenes dentales podrían ser parte de esto.
anestésico: El paciente recibe anestesia el día del procedimiento para asegurarse de que esté cómodo y sin dolor. La técnica quirúrgica particular y la salud del paciente determinarán qué tipo de anestésico se utiliza: local o general.
Abordaje quirúrgico: La ubicación, el tamaño y la extensión del tumor, así como la afectación de las estructuras circundantes, influyen en la estrategia quirúrgica para el cáncer de cabeza y cuello. La cirugía reconstructiva, la disección del cuello y la resección de tumores son posibles tratamientos quirúrgicos.
Extirpación de tumores: El cirujano elimina cuidadosamente el tejido maligno durante todo el procedimiento, protegiendo los sistemas vitales, incluidas las arterias sanguíneas y el tejido sano circundante. El tamaño, la ubicación y la probabilidad de recurrencia del tumor influyen en la cantidad de tejido que se extirpa.
Reconstrucción: Después de extirpar el tumor, es posible que se necesite una cirugía reconstructiva para restaurar la apariencia y la función, especialmente si ha habido una gran pérdida de tejido. En esto se pueden utilizar técnicas que incluyen injertos de piel, colgajos de tejido locales y transferencia de tejido libre microvascular.
Cuidado Postoperatorio: Después de la cirugía, los pacientes en la sala de recuperación son vigilados constantemente para detectar cualquier indicio de complicaciones, como sangrado, infección o daño a los nervios. El tratamiento a demanda puede incluir cuidado de heridas, manejo del dolor y rehabilitación. Se dan instrucciones postoperatorias a los pacientes, que incluyen limitaciones en su dieta y actividades, así como sesiones de seguimiento para seguimiento y tratamiento adyuvante si es necesario.