Tratamiento del quiste renal

Un quiste renal es un saco lleno de líquido que se forma en la superficie del riñón o dentro de él. Si bien la mayoría de los quistes renales no son cancerosos y, a menudo, son asintomáticos, los quistes más grandes pueden causar dolor, malestar o presión arterial alta. Los quistes renales simples suelen ser benignos y no requieren tratamiento a menos que causen síntomas. Los quistes complejos pueden requerir una vigilancia o intervención más estrecha. Los estudios de imagen, como la ecografía o la tomografía computarizada, ayudan en el diagnóstico. Los enfoques de tratamiento varían desde la observación hasta los procedimientos de drenaje para quistes sintomáticos, y se puede considerar la intervención quirúrgica para casos más grandes o más complejos. El seguimiento regular garantiza una atención adecuada.
Reservar una citaAcerca del quiste renal
Los quistes renales son pequeñas estructuras en forma de saco con paredes delgadas y líquido acuoso. Pueden desarrollarse en la superficie del riñón o dentro de la nefrona debido al envejecimiento. Pueden crecer sobre los riñones o dentro de ellos. La mayoría de los quistes renales miden menos de dos pulgadas. Pueden permanecer estables o aumentar de tamaño. La mayoría de las personas tienen múltiples quistes en uno o ambos riñones. Pero de todos modos, por lo general no afectan la función de los riñones. En casos raros, un quiste grande puede causar algo de dolor. Por lo tanto, requerirá control o acciones adicionales por parte del médico.
Tipos de quistes renales
Los quistes renales son sacos llenos de líquido que pueden desarrollarse sobre los riñones o en su interior. Estos son los tipos más comunes:
1. Quistes renales simples: Grupo benigno de quistes de paredes delgadas llenos de líquido transparente. Se caracteriza por ser asintomático, inofensivo y más común en personas mayores.
2. Quistes renales complejos: Quistes con características sospechosas como paredes engrosadas, septos o componentes sólidos. Según el sistema de clasificación de Bosniak, pueden ser objeto de seguimiento o intervención en función del riesgo de cáncer evaluado.
3. Enfermedad renal poliquística: Una afección genética que implica el crecimiento de quistes en el riñón, que en casos graves causa insuficiencia renal. Es un trastorno grave con múltiples variantes, como la autosómica dominante y la recesiva.
4. Enfermedades renales quísticas adquiridas: En este caso, surge una condición en los pacientes con CAKUT: el metabolismo forma quistes y están predispuestos a contraer cáncer de riñón; se requiere una vigilancia regular.
Síntomas del quiste renal
Es posible que los quistes renales, sacos llenos de líquido que pueden desarrollarse en los riñones o dentro de ellos, no siempre causen síntomas perceptibles. Sin embargo, cuando se presentan síntomas, pueden incluir:
-
Dolor o malestar: Los quistes renales grandes pueden provocar dolor o malestar en la espalda o el costado, donde se encuentran los riñones. El dolor puede ser sordo o agudo y puede variar en intensidad.
-
Dolor abdominal: Los quistes que comprimen los órganos cercanos u obstruyen la función renal normal pueden causar dolor o malestar abdominal, lo que contribuye a una sensación de pesadez en el abdomen.
-
Hematuria (sangre en la orina): Los quistes pueden causar sangrado dentro del riñón, lo que provoca la presencia de sangre en la orina. La hematuria puede provocar orina de color rosado, rojo o marrón.
-
Alta presion sanguinea: Los quistes renales pueden interferir con la regulación de la presión arterial y provocar hipertensión. Controlar la presión arterial se vuelve esencial para prevenir complicaciones.
-
Micción frecuente o urgencia: Los quistes pueden ejercer presión sobre la vejiga o los uréteres, provocando una mayor frecuencia de micción o una sensación de urgencia.
-
Masa de flanco: En algunos casos, se puede sentir una masa o bulto palpable en el abdomen o en la región del flanco, lo que indica la presencia de un quiste renal de tamaño considerable.
Causas del quiste renal
Básicamente, cualquier debate sobre las causas de los quistes renales debe abordar los diferentes tipos implicados, ya que existen muchos tipos diferentes. Por lo tanto, una clasificación adicional sería la siguiente:
- Años: Se desarrollan de alguna manera, por alguna razón, pero parece que siguen multiplicándose y aumentando a medida que pasan los siglos.
- Genética: La mutación que se produce hace que una persona sufra PKD como trastorno hereditario genético. Sus dos formas son la autosómica dominante (heredada de uno de los padres) y la autosómica recesiva (heredada de ambos padres).
- Enfermedad renal crónica: La mayoría de los casos de insuficiencia renal a largo plazo se observan en pacientes en diálisis que padecen síndrome renal crónico.
- Infección o lesión: En casos muy raros, pueden desarrollarse quistes en los riñones debido a esto.
Pruebas de diagnóstico para quistes renales
El diagnóstico de un quiste renal se realiza mediante una serie de técnicas de diagnóstico por imágenes, junto con análisis de sangre y orina. A continuación, se detallan algunos de los procedimientos de diagnóstico más comunes:
- Ultrasonido: El primer proceso de diagnóstico por imágenes del riñón que utiliza ondas sonoras para detectar el quiste y diferenciar los tipos. Es un procedimiento no invasivo y de bajo costo.
- CT Scan: Proporciona imágenes detalladas de los riñones relacionadas con el tamaño, la forma y la estructura de los quistes; especialmente útil para determinar si hay quistes complejos.
- Resonancia magnética Proporciona imágenes detalladas vitales para la evaluación de quistes complejos y para distinguirlos de los tumores.
- Análisis de sangre y orina: Estas pruebas miden ciertas sustancias en la sangre, como la creatinina y el BUN, para determinar el estado de funcionamiento de los riñones, detectando cualquier interferencia debido al quiste, y se realizan análisis de orina para buscar hallazgos anormales que puedan ser sugestivos de enfermedad renal.
Factores de riesgo y complicaciones del quiste renal
Si se comprenden las posibles complicaciones y los factores de riesgo asociados a los quistes renales, se pueden controlar de forma eficaz. A continuación, se detallan los pasos a seguir:
Factores de riesgo:
- Años: Los quistes renales aparecen más a medida que avanza la edad.
- Genética: La enfermedad renal poliquística (PKD) es hereditaria y los factores genéticos son el riesgo más importante.
- Enfermedad Renal Crónica (ERC): Los pacientes con ERC, especialmente aquellos en diálisis, tienen un riesgo significativamente mayor de padecer ERCA.
- Género: Los quistes renales simples son más comunes en los hombres.
complicaciones:
- Infección: Una infección de quiste renal provoca dolor, fiebre y otros síntomas.
- Ruptura: La ruptura de un quiste puede producir dolor intenso en la espalda o el costado y también puede producir sangre en la orina.
- Quiste reventado: El quiste se abre y causa dolor, sangre en la orina y otros síntomas.
- Obstrucción: Un quiste grande puede bloquear el paso de la orina y causar daño e infección en los riñones.
- Hemorragia: Puede producirse sangrado dentro del quiste.
- Alta presion sanguinea: En ciertos casos, los quistes renales provocan o pueden provocar presión arterial alta.
- Disminución de la función renal: El crecimiento de quistes puede dañar los riñones y provocar su insuficiencia.
- Cáncer: Algunos de los quistes podrían tener predilección por volverse cancerosos o ser cancerosos.
Prevención
No existen formas conocidas de prevenir un quiste renal simple. Es parte del proceso natural de envejecimiento. Puede reducir el riesgo hasta cierto punto de la siguiente manera:
- Beber mucha agua ayuda al buen funcionamiento de los riñones.
- Una dieta baja en sodio y bien equilibrada puede ayudar a mantener la salud de los riñones.
- La presión arterial alta puede suponer una carga adicional para los riñones y, por lo tanto, debe mantenerse dentro de un rango saludable.
- Controlar muy bien los niveles de azúcar en sangre en la diabetes es importante para la salud renal.
- Fumar es perjudicial para los riñones.
- Mediante chequeos médicos de rutina se puede detectar fácilmente la existencia de problemas en los riñones.
Procedimiento de quiste renal
El enfoque de tratamiento de los quistes renales depende de su tamaño, síntomas e impacto en la función renal. A continuación se ofrece una descripción general del procedimiento de tratamiento en seis puntos clave:
-
Observación: Es posible que los quistes renales pequeños y asintomáticos no requieran tratamiento activo. En cambio, los proveedores de atención médica pueden optar por un enfoque de observar y esperar, monitoreando el tamaño del quiste y la función renal general del paciente mediante imágenes periódicas y pruebas de laboratorio.
-
El manejo del dolor: Si el quiste renal causa dolor o malestar, se pueden recomendar analgésicos de venta libre o medicamentos recetados para controlar los síntomas. Las modificaciones en el estilo de vida, como la aplicación de calor en el área afectada, también pueden brindar alivio.
-
Aspiración (drenaje del quiste): Para quistes más grandes que causan dolor persistente u otras complicaciones, un médico puede realizar un procedimiento llamado aspiración de quistes. Esto implica drenar el líquido del quiste con una aguja fina, lo que proporciona un alivio temporal. Sin embargo, los quistes pueden volver a acumularse y requerir procedimientos repetidos.
-
Escleroterapia: La escleroterapia implica inyectar una solución especial en el quiste después del drenaje. Esto tiene como objetivo evitar que el quiste se llene de líquido, reduciendo la probabilidad de recurrencia.
-
Decorticación Quirúrgica: En los casos en que los quistes son grandes, causan síntomas importantes o afectan la función renal, se puede considerar la intervención quirúrgica. La decorticación quirúrgica implica eliminar la pared exterior del quiste preservando al mismo tiempo el tejido renal sano.
-
Cirugía Laparoscópica o Abierta: La extirpación quirúrgica de todo el quiste se puede realizar mediante cirugía laparoscópica o abierta. La cirugía laparoscópica implica incisiones más pequeñas, lo que resulta en una recuperación más rápida en comparación con la cirugía abierta tradicional.