Tratamiento de cálculos renales
Acerca de los cálculos renales
Los cálculos renales pueden causar síntomas distintivos, que indican su presencia en el tracto urinario. Los signos comunes incluyen:
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Dolor severo: El dolor intenso y punzante en la espalda o la parte inferior del abdomen es un síntoma característico. El dolor a menudo se irradia a la ingle y fluctúa en intensidad a medida que el cálculo se mueve dentro del tracto urinario.
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Hematuria (sangre en la orina): Los cálculos renales pueden causar sangre microscópica o visible en la orina. La hematuria puede darle a la orina un color rosado, rojo o marrón, lo que indica una posible irritación o daño al tracto urinario relacionado con los cálculos.
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Micción frecuente: Las personas con cálculos renales pueden experimentar una mayor necesidad de orinar. Sin embargo, el paso de orina puede ser mínimo o estar acompañado de dolor.
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Orina turbia o con mal olor: Puede producirse decoloración, turbidez o un olor desagradable en la orina debido a la presencia de infección o acumulación de minerales asociados con los cálculos renales.
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Náuseas y vómitos: El dolor y el malestar causados por los cálculos renales pueden provocar náuseas y vómitos. Estos síntomas pueden ir acompañados de una sensación general de malestar o inquietud.
Procedimiento de cálculos renales
El tratamiento de los cálculos renales implica una combinación de manejo del dolor, modificaciones en el estilo de vida e intervenciones médicas adaptadas al tamaño y la composición del cálculo. A continuación se ofrece una descripción general del procedimiento de tratamiento en seis puntos clave:
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El manejo del dolor: El dolor intenso es un síntoma característico de los cálculos renales. A menudo se recetan analgésicos de venta libre o recetados para aliviar las molestias durante el paso de los cálculos. En casos más graves se pueden administrar analgésicos intravenosos.
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Modificación de hidratación y dieta: Aumentar la ingesta de líquidos es fundamental para eliminar los cálculos y prevenir su formación. Los cambios en la dieta pueden implicar la reducción de la ingesta de sal, oxalato y proteína animal para minimizar el riesgo de recurrencia de cálculos.
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Medicación: Dependiendo de la composición del cálculo, se pueden recetar medicamentos como alfabloqueantes o citrato para relajar los músculos del uréter o inhibir la formación de cristales, facilitando el paso de los cálculos y previniendo el desarrollo de nuevos cálculos.
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Litotricia extracorpórea por ondas de choque (ESWL): Este procedimiento no invasivo emplea ondas de choque para romper los cálculos más grandes en fragmentos más pequeños, lo que facilita su eliminación. ESWL se usa comúnmente para cálculos ubicados en los riñones o el tracto urinario superior.
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Ureteroscopia: Para los cálculos que no responden a la LEOC, la ureteroscopia implica la inserción de un tubo delgado a través de la uretra y la vejiga para acceder directamente y extraer o descomponer los cálculos en el uréter o el riñón.
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Intervenciones Quirúrgicas: En casos de cálculos grandes o complejos, pueden ser necesarios procedimientos quirúrgicos como la nefrolitotomía percutánea (PNL). La PNL implica hacer una pequeña incisión en la espalda para acceder y extraer los cálculos directamente del riñón.
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