Cirugía de trasplante de riñón

La insuficiencia renal humana se trata mediante un trasplante de riñón, a menudo conocido como trasplante renal. A los pacientes que necesitan tratamiento de diálisis se les extirpan los riñones. Se trata de un mecanismo que, al no ser los riñones capaces de hacerlo, elimina los desechos de la sangre de forma manual.

Los trasplantes de riñón son procedimientos que salvan vidas y reemplazan un riñón defectuoso por uno sano de un donante vivo o fallecido. 

Durante un trasplante de riñón se utiliza anestesia general. Esto implica administrar un medicamento para dormirlo y poder realizar la cirugía. A través de una vía intravenosa (IV) en su mano o brazo, se administrará la anestesia en su cuerpo.

El proceso comienza con una evaluación exhaustiva de la salud general y la función renal del paciente. Se realizan diversas pruebas para evaluar su idoneidad para un trasplante. Para los trasplantes de donantes vivos, se identifica y evalúa la compatibilidad de un donante vivo adecuado (a menudo un familiar o un amigo). Los riñones de donantes fallecidos proceden de personas que han optado por la donación de órganos. La compatibilidad cruzada se realiza para verificar la compatibilidad entre el donante y el receptor, incluido el tipo de sangre y la compatibilidad de tejidos. Esto ayuda a reducir el riesgo de rechazo de órganos.

Si se considera que el paciente es un candidato adecuado y hay un donante disponible, se lo coloca en la lista de espera nacional de trasplantes de riñones de donantes fallecidos.

Después de la cirugía, el receptor es monitoreado de cerca en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Esto implica monitorear los signos vitales, la función renal y los signos de rechazo. Para evitar que el cuerpo rechace el nuevo riñón, los pacientes deben tomar medicamentos inmunosupresores de por vida. Estos medicamentos inhiben el sistema inmunológico para evitar que ataque el riñón del donante.