Tratamiento de la tendinitis de Aquiles

La tendinitis aquílea es una afección en la que el tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón, se inflama y duele. Por lo general, se produce debido al uso excesivo, especialmente en deportistas o personas que realizan actividades que implican un esfuerzo repetitivo sobre el tendón, como correr o saltar. Los síntomas incluyen dolor y rigidez en la parte posterior de la pierna, especialmente después de la actividad física. Si no se trata, puede provocar problemas más graves, como desgarros del tendón. El descanso, el hielo y la fisioterapia son tratamientos habituales para la tendinitis aquílea para aliviar el dolor y promover la curación.
Se puede considerar la cirugía para el tratamiento de la tendinitis de Aquiles cuando las medidas conservadoras no logran aliviar los síntomas. Para disminuir la inflamación y restaurar la función, la intervención quirúrgica generalmente implica reemplazar o reparar el tejido lesionado en el tendón de Aquiles. Algunos procedimientos posibles son el desbridamiento (la eliminación del tejido lesionado), la reparación del tendón y el alargamiento para liberar tensión. Los cirujanos utilizan con frecuencia procedimientos mínimamente invasivos para reducir las cicatrices y fomentar una curación más rápida. Los pacientes pasan por rehabilitación después de la cirugía para reparar el tendón y restaurar el movimiento. Para elegir el mejor curso de acción, es fundamental explorar los riesgos, las ventajas y los resultados previstos de la operación con un profesional de la salud.
Reservar una citaAcerca del tratamiento de la tendinitis de Aquiles
Síntomas de la tendinitis aquílea
La tendinitis aquílea es una afección que afecta el tendón de Aquiles y provoca diversos síntomas que pueden afectar las actividades diarias. Estos son los síntomas principales:
1. Dolor
- Ubicación:El síntoma más común es el dolor en la parte posterior de la pierna, cerca del talón. Este dolor suele comenzar como un dolor leve y puede volverse más intenso después de una actividad prolongada.
- Relacionado con la actividad:El dolor suele empeorar después de realizar actividades físicas como correr, saltar o subir escaleras. También puede ser más notorio por la mañana, después de despertarse.
2. Rigidez
- Rigidez matutina:Las personas con tendinitis aquílea suelen experimentar rigidez en el tendón, especialmente cuando se levantan de la cama por la mañana. Esta rigidez suele mejorar a medida que el tendón se calienta con el movimiento.
- Después del descanso:El tendón también puede sentirse rígido después de largos períodos de inactividad, como estar sentado durante un rato.
3. Hinchazón
- Sensibilidad e hinchazón:La zona que rodea el tendón de Aquiles puede hincharse y volverse sensible al tacto. La hinchazón puede ser leve o más notoria, según la gravedad de la afección.
4. Rango de movimiento limitado
- Flexibilidad reducida:La pierna afectada puede tener un rango de movimiento reducido, lo que dificulta mover el pie o el tobillo con normalidad.
5. Engrosamiento del tendón
- Aspecto del tendón:En algunos casos, el tendón de Aquiles puede verse más grueso de lo habitual, lo que puede ser un signo de tendinitis crónica.
6. Sonido chirriante o crepitante
- Sonido durante el movimiento:Algunas personas pueden notar un crujido o chasquido al mover el tobillo, causado por el roce del tendón inflamado contra los tejidos circundantes.
Causas de Tendinitis de Aquiles
La tendinitis aquílea es una afección común causada por el uso excesivo o la tensión del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Varios factores pueden contribuir al desarrollo de la tendinitis aquílea:
1. Uso excesivo
- Estrés repetitivo:Realizar actividades que ejerzan una tensión repetitiva sobre el tendón de Aquiles, como correr, saltar o aumentar de forma repentina la actividad física, puede provocar inflamación. Esto es especialmente frecuente en deportistas o personas que aumentan de forma repentina la intensidad o la duración de sus entrenamientos.
2. Músculos de la pantorrilla tensos
- Flexibilidad limitada:Los músculos tensos de la pantorrilla pueden ejercer una tensión adicional sobre el tendón de Aquiles, lo que lo hace más propenso a sufrir lesiones. Cuando los músculos están tensos, el tendón tiene que trabajar más, lo que aumenta el riesgo de inflamación.
3. Calzado inadecuado
- Zapatos que no brindan soporte:El uso de calzado que no proporcione el soporte o la amortiguación adecuados puede contribuir a la tendinitis aquílea. Los tacones altos, por ejemplo, pueden acortar el tendón con el tiempo, lo que provoca un aumento de la tensión y el dolor.
4. Edad
- Envejecimiento de tendones:A medida que las personas envejecen, el tendón de Aquiles puede volverse menos flexible y más propenso a sufrir lesiones. Este proceso natural de envejecimiento puede aumentar el riesgo de tendinitis, especialmente en personas que se mantienen activas.
5. Estructura del pie
- Pies planos o arcos altos:Las personas con pie plano o arcos altos pueden ser más susceptibles a la tendinitis de Aquiles porque estas estructuras del pie pueden ejercer una tensión adicional sobre el tendón.
6. Cambios repentinos en la actividad
- Aumentos abruptos en el ejercicio:Comenzar una nueva rutina de ejercicios o aumentar repentinamente la intensidad de una existente sin la preparación adecuada puede tensar el tendón de Aquiles y provocar inflamación.
Cómo prevenir la tendinitis de Aquiles
Para prevenir la tendinitis aquílea es necesario adoptar medidas proactivas, conocidas como tratamiento de la tendinitis aquílea, para reducir la tensión en el tendón de Aquiles. A continuación, se indican algunas estrategias de prevención clave:
1. Calentamiento adecuado
- Estiramiento:Siempre realice un calentamiento antes de realizar una actividad física. Concéntrese en estirar los músculos de la pantorrilla y el tendón de Aquiles para mejorar la flexibilidad y reducir la tensión.
2. Aumento gradual de la actividad
- Evite el uso excesivo: Aumente la intensidad y la duración de los entrenamientos de forma gradual. Evite aumentos repentinos en la distancia o la intensidad de la carrera, ya que esto puede sobrecargar el tendón.
3. Elija el calzado adecuado
- Zapatos de apoyo:Use calzado que proporcione el soporte y la amortiguación adecuados, especialmente si realiza actividades de alto impacto. Reemplace el calzado desgastado con regularidad para mantener el soporte.
4. Fortalecer los músculos de la pantorrilla
- Ejercicio:Incorpore ejercicios de fortalecimiento que se enfoquen en los músculos de la pantorrilla. Unas pantorrillas más fuertes pueden ayudar a reducir la tensión en el tendón de Aquiles.
5. El entrenamiento cruzado
- Variar actividades: Realice una variedad de actividades físicas para evitar sobrecargar el tendón de Aquiles. Alterne entre ejercicios de alto y bajo impacto.
6. Escucha a tu cuerpo
- Descansar cuando sea necesario:Preste atención a cualquier dolor o molestia en el tendón de Aquiles. Si experimenta síntomas, tómese un descanso y espere un tiempo para recuperarse para evitar lesiones mayores.
Tratamiento: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) se utilizan junto con una combinación de hielo, compresión, elevación y reposo (RICE) para reducir el malestar y la inflamación en las fases iniciales de la tendinitis aquílea. Las técnicas de fortalecimiento y estiramiento de los músculos de la pantorrilla son otra forma en que el tratamiento físico puede ayudar a reducir los síntomas y evitar que vuelvan. La cirugía puede ser necesaria en situaciones extremas o cuando el tratamiento no invasivo de la tendinitis aquílea no da resultado.
Procedimiento de tratamiento de la tendinitis de Aquiles
El tratamiento de la tendinitis aquílea suele incluir reposo, hielo y medicamentos antiinflamatorios para reducir el dolor y la hinchazón. Los ejercicios de fisioterapia son esenciales para estirar y fortalecer el tendón de Aquiles y los músculos de la pantorrilla. En casos más graves, el médico puede recomendar el uso de aparatos ortopédicos, calzado de apoyo o incluso una inmovilización temporal con una férula o una bota. En raras ocasiones, si el tratamiento conservador de la tendinitis aquílea falla, puede ser necesaria una cirugía para reparar el tendón dañado.
- Diagnóstico: Un examen completo realizado por un médico, que incluya una revisión del historial médico y una evaluación física, es el primer paso en el tratamiento de la tendinitis de Aquiles.
- Medidas Conservadoras: Para minimizar el malestar y la inflamación, primero se prueban métodos no quirúrgicos como el reposo, la modificación de las actividades y la aplicación de compresas frías.
- Tratamiento físico: Para fortalecer y estirar los músculos de la pantorrilla, aumentar la flexibilidad y fomentar la recuperación del tendón de Aquiles, se puede sugerir un programa de fisioterapia reglamentado.
- Ortesis: Para brindar apoyo y abordar los problemas biomecánicos que causan la tendinitis de Aquiles, un médico puede recetar dispositivos ortopédicos personalizados o plantillas para zapatos.
- Terapia extracorpórea con ondas de choque (ESWT): Esta técnica no invasiva estimula la recuperación del tendón lesionado mientras reduce el dolor.
- Terapia con plasma rico en plaquetas (PRP): Para acelerar el proceso de curación, se inyecta una cantidad concentrada de plaquetas del propio paciente en el tendón lesionado.
- Intervención quirúrgica: Para abordar el problema subyacente y restaurar la función, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos como reparación, desbridamiento o alargamiento del tendón en situaciones en las que el tratamiento conservador de la tendinitis de Aquiles es ineficaz o si el tendón está gravemente lesionado.