Cirugía de corazón

La cirugía cardíaca, también conocida como cirugía cardíaca, abarca una variedad de procedimientos destinados a tratar diversas afecciones cardíacas. Los cirujanos realizan estas complejas operaciones para corregir defectos estructurales, restaurar el flujo sanguíneo o aliviar los síntomas de enfermedades cardiovasculares. Los procedimientos comunes incluyen injerto de derivación de arteria coronaria (CABG) para evitar arterias bloqueadas, reparación o reemplazo de válvulas para abordar trastornos valvulares y cirugía de fibrilación auricular para ritmos cardíacos irregulares. Las técnicas mínimamente invasivas han evolucionado, reduciendo el tiempo de recuperación y las cicatrices.
Acerca de la cirugía cardíaca
La cirugía cardíaca sin el uso de punteros tradicionales ha evolucionado con los avances en la tecnología médica. Los cirujanos ahora emplean técnicas mínimamente invasivas, como procedimientos asistidos por robots y navegación guiada por imágenes. Estos métodos innovadores se basan en imágenes de alta resolución, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para crear un mapa detallado del corazón. Luego, los cirujanos pueden manipular instrumentos y realizar cirugías complejas con precisión, mientras monitorean el progreso a través de imágenes en tiempo real. Este enfoque reduce la necesidad de realizar incisiones grandes, minimiza el dolor posoperatorio y acelera la recuperación.
Procedimiento de cirugía cardíaca
La cirugía cardíaca implica un proceso meticuloso para abordar las arterias coronarias bloqueadas o estrechadas. Iniciado con la administración de anestesia general, se realiza una esternotomía mediana o una incisión mínimamente invasiva para acceder al corazón.
El paciente está conectado a una máquina de circulación extracorpórea, que desvía la sangre para permitir que el cirujano detenga temporalmente la función del corazón. Después de aislar el corazón, se extraen injertos de los vasos sanguíneos del paciente, generalmente de la pierna, el pecho o el brazo.
Luego, estos injertos se utilizan meticulosamente para crear derivaciones alrededor de las arterias obstruidas, restableciendo el flujo sanguíneo adecuado al corazón.
Posteriormente, se retira gradualmente la máquina de circulación extracorpórea y se cierra la incisión torácica del paciente.
Después de la cirugía, los pacientes son monitoreados de cerca en la unidad de cuidados intensivos y se inicia un proceso de rehabilitación para una recuperación integral, lo que marca la culminación de una intrincada intervención quirúrgica cardíaca que salva vidas.